Educación para la paz y los derechos humanos
Un debate de lujo tuvo lugar hoy en la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, ubicada en la ciudad de Pinar del Río, y al que asistieron cientos de alumnos de la facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas.
Figuras de prominencia en la pedagogía y el pensamiento cubanos intervinieron con conferencias magistrales, una de ellas y que tuvo una gran aceptación, fue la relacionada con la educación para la paz y los derechos humanos.
La impartió la doctora Consuelo Viciedo, del Movimiento Cubano por la paz, surgido en la década del 40 después de la derrota del fascismo.
Cuando hombres y mujeres son educados desde la cuna en el amor y respeto a sí mismos y a los demás, son capaces de irradiar esos sentimientos a las comunidades e invadir con ellos a las naciones.
En lo personal el concepto me encantó. ¡Qué bueno sería una invasión de amor¡, ¡sin armas letales¡, solo con ternura y valoración del ser humano.
Pero hubo más: la violencia en la vida diaria se relaciona con la violencia entre los estados. La paz es un problema internacional, pero también personal.
Si se educa en la menor dosis de violencia posible, si se educa en el amor, se contribuye a la paz.
Existe un nexo estrecho entre la paz y los derechos humanos. En 1867 el prócer mexicano Benito Juárez afirmó que el respeto a lo ajeno es la paz.
En 1894 José Martí, el Héroe Nacional Cubano aseveró: la paz es aquella en que no es mermado ni un solo derecho.
La violencia en escuelas norteamericanas y la violencia policial contra esas manifestaciones son fenómenos que son analizados desde el punto de vista de la pedagogía y la psicología y que tienen mucho que ver con la personalidad agresiva de los maestros, el hacinamiento en las aulas, la clasificación de los estudiantes, y la violencia en los medios de comunicación.
Para transmitir paz y trabajar por ella el ser humano tiene que aprender a vivir en armonía consigo mismo, y ello pasa por la salud del individuo.
Una persona enferma, sin asistencia médica no puede estar en paz ni tener un comportamiento equilibrado.
La pobreza no puede generar paz de ninguna manera, pues ella viola los derechos más elementales: el de la alimentación, la asistencia médica, la educación.
Un debate de lujo tuvo lugar hoy en la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, ubicada en la ciudad de Pinar del Río, y al que asistieron cientos de alumnos de la facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas.
Figuras de prominencia en la pedagogía y el pensamiento cubanos intervinieron con conferencias magistrales, una de ellas y que tuvo una gran aceptación, fue la relacionada con la educación para la paz y los derechos humanos.
La impartió la doctora Consuelo Viciedo, del Movimiento Cubano por la paz, surgido en la década del 40 después de la derrota del fascismo.
Cuando hombres y mujeres son educados desde la cuna en el amor y respeto a sí mismos y a los demás, son capaces de irradiar esos sentimientos a las comunidades e invadir con ellos a las naciones.
En lo personal el concepto me encantó. ¡Qué bueno sería una invasión de amor¡, ¡sin armas letales¡, solo con ternura y valoración del ser humano.
Pero hubo más: la violencia en la vida diaria se relaciona con la violencia entre los estados. La paz es un problema internacional, pero también personal.
Si se educa en la menor dosis de violencia posible, si se educa en el amor, se contribuye a la paz.
Existe un nexo estrecho entre la paz y los derechos humanos. En 1867 el prócer mexicano Benito Juárez afirmó que el respeto a lo ajeno es la paz.
En 1894 José Martí, el Héroe Nacional Cubano aseveró: la paz es aquella en que no es mermado ni un solo derecho.
La violencia en escuelas norteamericanas y la violencia policial contra esas manifestaciones son fenómenos que son analizados desde el punto de vista de la pedagogía y la psicología y que tienen mucho que ver con la personalidad agresiva de los maestros, el hacinamiento en las aulas, la clasificación de los estudiantes, y la violencia en los medios de comunicación.
Para transmitir paz y trabajar por ella el ser humano tiene que aprender a vivir en armonía consigo mismo, y ello pasa por la salud del individuo.
Una persona enferma, sin asistencia médica no puede estar en paz ni tener un comportamiento equilibrado.
La pobreza no puede generar paz de ninguna manera, pues ella viola los derechos más elementales: el de la alimentación, la asistencia médica, la educación.
2 comentarios
Zenia -
COINCIDO CONTIGO.Pero algo se puede hacer. Creo que las weblog pueden contribuir en algo a crear conciencia acerca de ello.
Enrique -