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zeniaregalado

LA INVENTIVA DEL CUBANO

Muchos se preguntan cuál será la fórmula cubana que le permitió a esta nación soportar el derrumbe de la URSS y el campo socialista, y seguir resistiendo ante el férreo bloqueo norteamericano que ha costado al país 70 000 millones de dólares, o el equivalente a 15 años de atraso en su desarrollo.
La resistencia de su pueblo en primerísima instancia, su conciencia de preservación de su desarrollo social, sus altos valores de patriotismo e independencia y su inventiva.
Sí la inventiva: aquí de los motores de lavadoras salieron ventiladores; del aluminio derretido se hicieron ollas de presión para cocinar.
Por cierto que todos esos artefactos están siendo sustituidos ahora por equipos electrodomésticos de fábrica con el objetivo de ahorrar electricidad, pues todos esos Frankestein son altos gastadores.
Esa inventiva a toda prueba ha impulsado aquí durante años dos movimientos de innovadores : la Asociación Nación al de Innovadores (ANIR), y las Brigadas Técnicas Juveniles (para menores de 35 años).
Los integrantes de ambas agrupaciones han sustituido piezas de repuesto que se adquirían por divisas en el mercado internacional, han aplicado aquí variantes existentes en otros países y crean nuevos productos para exportar, muchos de ellos con gran aceptación, sobre todo en el campo de los equipos médicos y la biotecnología.
Pero...¿por qué han podido hacer esto?. Sencillo, una nación de analfabetos jamás hubiera podido. La excelente preparación del capital humano: la educación gratuita y obligatoria hasta el noveno grado y el desarrollo de las universidades a lo largo y ancho del país han facilitado esta resistencia.
En algún blog leí hace unos días que con escuelas no basta –refiriéndose a otro país del continente-. La experiencia cubana demuestra que ese semillero de centros educacionales existentes en todas partes han sido una base fuerte de la batalla ante la adversidad.
Quedarse sin mercados de la noche a la mañana no muchos lo hubieran soportado, sin tener un capital humano preparado para ello.
Unido a eso se desarrolló una estrategia de desarrollo territorial para llevar los principales servicios: educación, salud, servicios para el hogar a las propias comunidades.
Ante el déficit de transporte urbano ese ha sido un paliativo importante. Los jóvenes no tienen que salir de su municipio para estudiar, y en ellos pueden hacer hasta la universidad después de la creación de sedes de la enseñanza superior en los 169 municipios del país.
En ellas se estudian pedagogía, medicina, licenciatura en deportes y un grupo de carreras que hasta hace poco eran de élite y solo se cursaban en la Universidad de la Habana, entre ellas: Comunicación Social, Derecho, Bibliotecología, Estudios Socioculturales, Economía.
Esto ha facilitado mayor acceso a la Universidad –cuyas plazas se restringieron en los 90 por la depresión económica- a una mayor cantidad de hijos de campesinos y obreros, y también de negros, y no se trata de un concepto racista, ocurre que en estudios sociológicos realizados se comprobó que solo una minoría de ellos llegaban a la universidad, en la que primaban los blancos hijos de profesionales por proceder de contextos más favorables desde el punto de vista económico y cultural.
Mención aparte merece el desarrollo de la agricultura urbana con la multiplicación de huertos y parcelas dedicados a la siembra de vegetales, unido a una campaña educativa que explica las ventajas del consumo de esos productos.
Se trata de pensar la existencia humana desde una perspectiva de austeridad y racionalidad, un desarrollo sostenible centrado en las esencias: salas de terapia intensiva en todos los municipios con equipos del primer mundo, y una esmerada educación con perfeccionamiento constante en pos de un individuo solidario, humano, alejado del derroche y el consumismo.
Todo ello y un apego constante a su historia son parte del “milagro cubano de resistencia”, que muchos no alcanzan a entender.
Si tuviera que decir qué ha sido lo más importante diría que la educación de todo un pueblo.
¿Es una sociedad perfecta?. No. Pero ha soportado todo lo que le han hecho para que no lo sea. Además, es capaz de reconocer sus errores, recapacitar acerca de ellos y encaminar nuevos proyectos en pos de una mayor justicia social.

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