Cuba
TAMALES PINAREÑOS
MMMMM ¡Qué sabroso¡. Después del curso de computación un grupo de periodistas pinareños acompañados por el profe Ignacio nos quedamos compartiendo en grupo en la Casa de la Unión de Periodistas de Pinar del Río. Debatimos temas profesionales y escuchamos a ese poeta de la tierra Polo Montañez. Disfrutamos de un traguito nuev o inventado por Pepe y al que le pusimos mangorebelde.com. Ingredientes: 45 mililitros de ron Carta Plata (100 % cubano),y 200 mililitros de néctar de mango. Después se le adicionaron tres cubitos de hielo. ¡Y a saborear¡.
Disfrutamos la nueva empatía creada entre este grupo de profesionales novicios en el mundo del weblog.
Este humanísimo intercambio fue matizado por las anécdotas de nuestros años estudiantiles, chistes picantes a lo cubano y mucho compañerismo.
El profe Ignacio nos invitó a mi esposo Alemany y a mí a ir para su casa a comer, ya eran pasadas las nueve de la noche y para allá fuimos. Pegamos la gorra, como se dice en Cuba.
Deysi, la mamá del profe, tenía en preparación unos tamales que olían de maravilla y unos frijolitos blancos que nos dieron regusto. En un segundo, ella que nos conocía solo de nombre nos acogió en su hogar como si nos conociera de toda la vida. Sus dos perras satas hicieron lo mismo.
Al marcharnos comprendimos que algo hermoso ocurría en nuestras vidas por obra y gracia de una weblog: habíamos ganado nuevos amigos. Seguimos en el ciberespacio.
Disfrutamos la nueva empatía creada entre este grupo de profesionales novicios en el mundo del weblog.
Este humanísimo intercambio fue matizado por las anécdotas de nuestros años estudiantiles, chistes picantes a lo cubano y mucho compañerismo.
El profe Ignacio nos invitó a mi esposo Alemany y a mí a ir para su casa a comer, ya eran pasadas las nueve de la noche y para allá fuimos. Pegamos la gorra, como se dice en Cuba.
Deysi, la mamá del profe, tenía en preparación unos tamales que olían de maravilla y unos frijolitos blancos que nos dieron regusto. En un segundo, ella que nos conocía solo de nombre nos acogió en su hogar como si nos conociera de toda la vida. Sus dos perras satas hicieron lo mismo.
Al marcharnos comprendimos que algo hermoso ocurría en nuestras vidas por obra y gracia de una weblog: habíamos ganado nuevos amigos. Seguimos en el ciberespacio.