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Le negaron la entrada a Estados Unidos

Sumario: Con sólo 34 años es el único cubano ganador del premio anual del Congreso Norteamericano de Neurocirugía en el 2004. El estímulo: una beca para un centro de alto desarrollo en Estados Unidos, pero el bloqueo no lo dejó.

Por Zenia Regalado y Edmundo Alemany

El único cubano ganador del Premio Anual del Congreso norteamericano de Neurocirugía es pinareño y tiene sólo 34 años.
Habla tres idiomas: inglés, francés y portugués. Todo un cabezón, diría el argot popular.
Le habíamos visto en los pasillos del hospital Abel Santamaría, en la ciudad de Pinar del Río, con sencillez y naturalidad, sin ínfulas de nada.
Raúl Pérez Falero es un joven realizado profesionalmente.
Su jefe, el doctor Iván Arenas, afirma que es el cuadro científico de más perspectivas en los servicios neurológicos, pues con su corta edad ya es especialista de segundo grado en Neurocirugía.
Tiene además categoría docente en la Facultad de Ciencias Médicas y está en función del trabajo de candidatura para doctor en ciencias; sería el primero en obtenerlo en la provincia, dentro de su especialidad.
“Siempre he sido, un soñador irremediable, - declara - porque nunca me he conformado con las cuestiones que se ven a simple vista, he buscado más allá. En ocasiones me he sentido mal, porque hay cosas que no he podido lograr”.
-¿En qué consistió el concurso que ganaste?
“El Congreso Norteamericano de Neurocirugía otorga tres o cuatro plazas anuales para médicos de países en desarrollo, y se basa en un currículo por oposición, méritos. Ellos lo evalúan y otorgan la beca.
“El mío incluía un programa de desarrollo para mi especialidad, teniendo en cuenta las dificultades que tiene la Endocirugía vascular en forma general dentro de la Neurocirugía, porque es un campo muy complejo que necesita de muy alta tecnología y que es bien difícil tanto desde el punto de vista teórico como práctico.
“Y como siempre lo difícil me ha llamado la atención, centré mi programa de desarrollo en ese aspecto de la Neurocirugía vascular deficitario en nuestra provincia y en nuestro país”.
La Neurocirugía vascular es el tratamiento de malformaciones vasculares que producen hemorragias e infartos cerebrales.
El doctor Pérez Falero estuvo aspirando a ese concurso desde el 2001 y pudo ganar en el 2004.
“Realmente fue difícil. Se limitaba a especialistas por debajo de los 35 años, es decir que lo gané con 34 por lo que era mi última oportunidad”,dice.
Entonces el gobierno de Estados Unidos jugó sucio:
“Fue frustrante el hecho de que me negaran la visa para la beca que me otorgaron como estímulo. Sin embargo, a través del propio Congreso Norteamericano de Neurocirugía me dieron la posibilidad de elegir otro país.
“Pienso que desde el punto de vista científico no hay razón para ello, pero sobre todo a una persona joven que pretende formarse para ayudar a otros”, afirma el galeno.
El sitio escogido por Raúl fue el hospital universitario de la ciudad de Londow, Ontario este, Canadá.
“Es un centro de altísimo nivel científico, con personas también de elevado nivel moral y espiritual.
“Allí estuve con el profesor Gary Ferguson, neurocirujano
renombrado a nivel internacional, y también con el resto de los especialistas del servicio que me brindaron una atención realmente esmerada todo el tiempo. Pienso que desde todo punto de vista gané con ese intercambio”.
Jamás pensó que la televisión canadiense lo invitara a un programa. El programa duró unos 20 minutos y le preguntaron –entre otros temas- sobre la estructura de la Salud pública en Cuba, cómo los estudiantes acceden a las carreras y la forma para seguir hacia las especialidades.
“Cuando regresé de esta visita -afirma- mis padres estaban extremadamente orgullosos, y mi papá me dijo que el mejor regalo que le había traído era la entrevista en televisión, pues hablé todo el tiempo en inglés. Él estaba satisfecho de que a través de mí se reconociera a la medicina cubana”.
Raúl aprendió el inglés en la carrera y también de forma autodidacta. Estudió el francés y el portugués en escuelas de idiomas y por su cuenta.
Para él todo profesional debe manejar el inglés para no estar condenado a la mediocridad, pues la mayor cantidad de publicaciones a nivel internacional –tanto electrónicas como impresas- están en ese idioma.
-¿A qué dedicas la mayor parte de tu tiempo?
“Trato de hacer un equilibrio entre mi familia, mis tres hijos, mi profesión y algunas actividades recreativas”.
-¿Qué tiempo tiene que emplear un neurocirujano en sus estudios?
“En su período de formación debe destinar de cinco o seis horas diarias a estudiar, además de que la práctica en el salón de operaciones es elemental, porque para estudiar siempre hay tiempo, para operar no”.
-¿ Las prácticas se adecuan a las necesidades de un estudiante?
“Como no. A diferencia de otros países, nosotros estamos más cercanos al paciente porque tenemos una medicina socializada y el personal en formación está más relacionado con las personas”.
-Cuéntanos de las técnicas modernas de tu especialidad.
“Durante la práctica neuroquirúrgica en mis últimos siete años he tenido la oportunidad de introducir elementos de la neurocirugía moderna como son la neuroendoscopía, o sea procederes intracraneales con el empleo de un endoscopio el cual tiene un lente y una fuente de luz.
“También el empleo de fijación transpedicular en la columna vertebral mediante la fijación de tornillos cuando se fractura una vértebra a nivel del istmo, es decir en la unión de los dos componentes de la vértebra: el cuerpo delantero y el arco vertebral.
“El primer caso lo hicimos hace cinco años en la provincia y se ha repetido de forma esporádica, teniendo en cuenta que no son muy frecuentes. Y ha dado resultados muy buenos”.
Este joven científico ha sido muy riguroso con sus metas y el empleo de su tiempo. Esa disciplina y fogueo lo pone en práctica en su hogar con sus tres hijos, excepto con el menor, de sólo tres años.
-Dicen que siempre usas tu casco azul. ¿Es verdad?
“Siempre lo uso en la moto, porque pienso que tanto los motociclistas como los ciclistas deben procurarse un sistema de protección craneal.
“Del total de los que llegan accidentados con traumas encefálicos graves o moderados, por lo menos un 75 por ciento podría salir ileso si hubieran utilizado un sistema de protección como los cascos.
La mayor parte de los pacientes que sufren politraumatismos incluyen los craneales, y ellos ya de por sí son muy graves”.
-¿Haber nacido en Cuba qué significa para ti?
“Ha tenido ventajas y desventajas. Es un país pequeño con recursos naturales escasos. El pueblo cubano tiene que luchar mucho y esforzarse para poder llevar adelante sus labores.
“Pero los jóvenes tienen numerosas posibilidades para estudiar. La mayor ventaja es que el nuestro es un pueblo extremadamente cariñoso, amable y humano por sobre todas las cosas”.
-Del robo de cerebros, ¿qué piensas?
“Es una situación lamentable. Obviamente todas las personas con capacidad de pensar y trabajar no valoran de la misma manera las ventajas o desventajas que tiene compartir esa capacidad que le ha dado la vida con su pueblo, con su gente, con sus semejantes. Es más fácil ceder ante la vanidad y el dinero.
“Pienso que nada en la vida es perfecto y cada persona debe colocar sus prioridades y actuar en consecuencia”.

2 comentarios

Supra Skytop -

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maria eugenia -

Ese es mi ruly.