DENNIS ES UN HURACÁN DE CATEGORÍA UNO

Acabo de escuchar el último aviso meteorológico, pues al acercarse un fenómeno de este tipo se transmiten informaciones sobre su trayectoria de manera sistemática para que las personas se mantengan alertas y no sean sorprendidas cerca del mar, cruzando ríos, en la calle o próximas a otros peligros potenciales.
Ya Dennis es un huracán categoría uno, tiene vientos de 150 kilómetros y en las próximas horas puede alcanzar la categoría dos. Se convertirá aún en mucho más peligroso por la intensidad de sus vientos.
Los modelos de pronósticos, que son unos mapas con líneas que indican posible trayectoria, ahora prevén más peligro para las provincias habaneras, las cuales limitan con Pinar del Río.
Eso es peor. En la capital del país descansan las industrias y los centros más importantes. En ella está La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad, con su arquitectura antigua y su encanto particular.
En este minuto no pienso otra cosa que en mis coterráneos, y solo deseo que un milagro se lleve hacia los mares, sin tocar nuestra isla, a este nuevo azote de la naturaleza.
También pienso en nuestras viejas termoeléctricas productoras de electricidad y en los esfuerzos que hacen cientos de obreros y técnicos para reparar sus averías y disminuir los molestos apagones.