LIBERTAD DE PRENSA
Una anécdota que ilustra cuántos caminos recorre ese sacrosanto concepto la he tomado de una entrevista concedida al periodista cubano Amaury E. Valle por Pascual Serrano, editor de www.rebelión.org :
Aquí tienen algunos fragmentos, para no atiborrarlos:
Importantes intelectuales españoles no son publicados actualmente por los principales periódicos de su país. Entre ellos se encuentran nombres como Belén Gopegui, Carlo Frabetti, Alfonso Sastre, Santiago Alba o Pascual Serrano. Incluso el periódico El Mundo le expropió la columna que habitualmente publicaba en ese medio a una figura tan significativa de las ciencias sociales actuales como James Petras.
La causa más inmediata fue la participación de todos ellos en la XIV Feria Internacional del Libro de La Habana, celebrada en febrero de 2005, desafiando así una ley no escrita en España por los grandes medios, que intentan de cualquier forma silenciar la realidad de la Isla.
Sin embargo, las raíces de esta actitud son mucho más profundas, afirma Pascual Serrano, editor de www.rebelion.org, uno de los sitios web alternativos más importante de la izquierda de habla hispana en la actualidad.
Lo fundamental dice es que los grandes medios mienten, mienten descaradamente, y por eso les molestan aquellos que tienen una voz discordante con el discurso imperial actual. Simplemente, los silencian.
No, las cosas no se quedan ahí, sostiene Serrano. Si bien es verdad que las editoriales siguen publicando libros de estos autores, los periódicos no los anuncian, no los reseñan, los desconocen por completo. Para ellos, es como si nosotros no existiéramos.
La consabida libertad de los medios es un mito. Los periodistas en mi país tienen que ajustarse a los cánones editoriales y aceptar los silencios o falsificaciones sobre determinados temas, o no comen. Es así y nada más. Por ejemplo, para los grandes medios españoles Cuba es una dictadura, Venezuela ahora también es una dictadura. Nadie dice nada diferente, no lo publican.
Recuerdo una anécdota muy curiosa cuando el paso del ciclón Iván cerca de Cuba, el año pasado. Estaban transmitiendo un programa de televisión y la conductora entrevistaba a varias personas en el set. Decían que el desastre acá era gigantesco, que la gente corría por las calles sin protección, que los turistas se jugaban la vida.
En eso entra una llamada telefónica en vivo de una española que dice que todo eso es mentira. Pues a la conductora no se le ocurrió otra cosa que repetirle una y otra vez que dejara de ver la televisión oficial cubana, que manipulaba la verdad, que estaba mintiendo.
Joder le respondió la televidente, que yo ahora mismo estoy en Cuba, acá en La Habana, mirando por la ventana de mi hotel; y no hay viento, ni gente en la calle, ni los turistas nos jugamos la vida. Que aquí hay mucha protección y estamos seguros. Caramba, que usted dice que la televisión oficial cubana está mintiendo, pero las mentiras son suyas, pues no creo que también puedan cambiar el clima.
Esa es una muestra de las tantas y tantas mentiras que se dicen a diario por los medios, por todos, incluso por los más importantes, y sin recato alguno. El modelo actual podrá tener grandes y poderosos medios de comunicación, pero están absolutamente desacreditados. Por mucho que las facultades de Periodismo y los medios sigan enviando ese mensaje de imparcialidad, independencia y objetividad del Periodismo, eso no se lo cree ya nadie.
Una anécdota que ilustra cuántos caminos recorre ese sacrosanto concepto la he tomado de una entrevista concedida al periodista cubano Amaury E. Valle por Pascual Serrano, editor de www.rebelión.org :
Aquí tienen algunos fragmentos, para no atiborrarlos:
Importantes intelectuales españoles no son publicados actualmente por los principales periódicos de su país. Entre ellos se encuentran nombres como Belén Gopegui, Carlo Frabetti, Alfonso Sastre, Santiago Alba o Pascual Serrano. Incluso el periódico El Mundo le expropió la columna que habitualmente publicaba en ese medio a una figura tan significativa de las ciencias sociales actuales como James Petras.
La causa más inmediata fue la participación de todos ellos en la XIV Feria Internacional del Libro de La Habana, celebrada en febrero de 2005, desafiando así una ley no escrita en España por los grandes medios, que intentan de cualquier forma silenciar la realidad de la Isla.
Sin embargo, las raíces de esta actitud son mucho más profundas, afirma Pascual Serrano, editor de www.rebelion.org, uno de los sitios web alternativos más importante de la izquierda de habla hispana en la actualidad.
Lo fundamental dice es que los grandes medios mienten, mienten descaradamente, y por eso les molestan aquellos que tienen una voz discordante con el discurso imperial actual. Simplemente, los silencian.
No, las cosas no se quedan ahí, sostiene Serrano. Si bien es verdad que las editoriales siguen publicando libros de estos autores, los periódicos no los anuncian, no los reseñan, los desconocen por completo. Para ellos, es como si nosotros no existiéramos.
La consabida libertad de los medios es un mito. Los periodistas en mi país tienen que ajustarse a los cánones editoriales y aceptar los silencios o falsificaciones sobre determinados temas, o no comen. Es así y nada más. Por ejemplo, para los grandes medios españoles Cuba es una dictadura, Venezuela ahora también es una dictadura. Nadie dice nada diferente, no lo publican.
Recuerdo una anécdota muy curiosa cuando el paso del ciclón Iván cerca de Cuba, el año pasado. Estaban transmitiendo un programa de televisión y la conductora entrevistaba a varias personas en el set. Decían que el desastre acá era gigantesco, que la gente corría por las calles sin protección, que los turistas se jugaban la vida.
En eso entra una llamada telefónica en vivo de una española que dice que todo eso es mentira. Pues a la conductora no se le ocurrió otra cosa que repetirle una y otra vez que dejara de ver la televisión oficial cubana, que manipulaba la verdad, que estaba mintiendo.
Joder le respondió la televidente, que yo ahora mismo estoy en Cuba, acá en La Habana, mirando por la ventana de mi hotel; y no hay viento, ni gente en la calle, ni los turistas nos jugamos la vida. Que aquí hay mucha protección y estamos seguros. Caramba, que usted dice que la televisión oficial cubana está mintiendo, pero las mentiras son suyas, pues no creo que también puedan cambiar el clima.
Esa es una muestra de las tantas y tantas mentiras que se dicen a diario por los medios, por todos, incluso por los más importantes, y sin recato alguno. El modelo actual podrá tener grandes y poderosos medios de comunicación, pero están absolutamente desacreditados. Por mucho que las facultades de Periodismo y los medios sigan enviando ese mensaje de imparcialidad, independencia y objetividad del Periodismo, eso no se lo cree ya nadie.
4 comentarios
Zenia -
SÍ, ASÍ ES. La libertad de prensa solo existe como concepto. Lo cierto es que con Cuba la aplican de una forma muy sospechosa.Hasta pronto
Vicente Torres -
Creo que es cierto que los medios españoles tienen listas negras, pero cada uno tiene una lista diferente.
Saludos,
Zenia -
lunaaaaa -