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zeniaregalado

Vacaciones campestres
Después de una semana fuera de la ciudad de Pinar del Río, de vacaciones campestres, regresamos nuevamente al ciberespacio. Me dieron mucha alegría los mensajes de mis amigos.
Me di, con mi esposo y mi hija, una escapadita de la rutina diaria. No faltó en estos días de ocio el "macho asado", ya saben, el encanto de los cubanos, y un buen dominó debajo de una arboleda.
Isidro, que así se llama el asador del cerdo, lo trepó en una parrilla que se balanceaba sobre las brazas mientras él tiraba de una soga acomodado en un taburete para no cansarse.
Sobre el animal, abierto a la mitad y sazonado con ajo y otras especias, fue colocada una yagua de palma real para evitar el escape del calor y lograr que quedara bien dorado.
Su carne estuvo de rechupete, como dicen los mexicanos. Y es que en Cuba unas vacaciones en el campo y sin lechón asado, son poco menos que una herejía.
Y aquí estamos de vuelta después de convivir con pajarillos de todo tipo y de disfrutar cada encuentro amistoso, esos que como nadie todo cubano tiene en su vida.
FOTO. TOMADA DE www.telepinar.co.cu

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