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zeniaregalado

EL cuento del arresto de Posada Carriles
NO A LA IMPUNIDAD

Todos los que de buena fe se alegraron con el arresto de Luis Posada Carriles no deben dejarse engañar con el entramado publicitario –puro teatro- que organizaron las autoridades norteamericanas para tirar una zanahoria a la opinión pública mundial.
Recuérdese que también el terrorista Orlando Boch estuvo preso dos años y después salió a pasear como si nada por las calles de EE.UU.
El tratamiento dado a Posada durante el arresto ha sido catalogado como turístico, pues tanto el carrito de golf, como el helicóptero son empleados en diferentes paquetes turísticos.
Es asombroso que este frío experto en explosivos sea tratado como un indocumentado. Su abogado Eduardo Soto ha declarado que contra él no hay acusaciones de ningún tipo.
¿Acaso entonces la detención puede nombrarse como un acto contra el terrorismo?. A quien van a engañar.
El señor se encuentra nada más y nada menos que en El Paso, Texas, en la frontera con México, donde miles de indocumentados son tratados como bestias por el intento de entrar a EE:UU.
Para colmo este señor, que penetró sin visa, tiene derecho a dirigirse a un juez de inmigración – así fresco como una lechuga-para que le concedan una fianza.
¿A los inmigrantes mexicanos los tratan igual?, ¡Qué va¡, y eso que no han colocado bombas en ninguna parte.
Por eso el propio Posada ha dicho que está contento con el trato recibido. ¡Claro¡, si él es hijo de la CIA que lo entrenó para matar.
El señor Otto Reich ya ha comenzado a llamar a sus amigos miameros para pedirles que se mantengan tranquilos, que todo se resolverá igual que con Orlando Bosh.
Ahora resulta que también traman alegar que la colocación de bombas en hoteles no fueron actos políticos.
Este proceso podría durar dos años, tiempo con el que cuentan para que la memoria mundial olvide.
Por ello ahora más que nunca hace falta que la opinión pública no guarde silencio, que investigue y dé seguimiento al asunto.

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