Los imperios gemelos
El famoso buscador de Internet, Google, pretende seducirnos con regalías, a cambio de decidir por nosotros qué y de quién debemos saber, a cambio de vendernos el cerebro a otro imperio
Cuando usted entra a las oficinas centrales de Google, en Mountain View, California, lo más llamativo es una gran pantalla que muestra lo que está buscando la gente en Internet en ese momento. En vivo.
No se trata solo de las búsquedas en idioma inglés, sino en cientos de lenguas diferentes. Minuto a minuto, los creadores de Google tienen a mano lo que la gente indaga a través de la red.
Saben, al segundo, qué inquieta a los habitantes de este planeta conectados a esa mega autopista de la información que es la web.
Pocos buscadores en Internet, de los cuales existen cientos, han llegado a ser tan populares como Google, estructurado por dos estudiantes universitarios norteamericanos, hace menos de una década.
La idea que primó en los muchachos fue hacer una herramienta informática capaz de detectar la información almacenada en las más de ocho millones de páginas que hay ya en Internet, a partir de palabras claves introducidas por el usuario.
Al convertirse en compañía, Google apenas tenía seis miembros. Hoy, solo tiene poco más de veinte. Sin embargo, casi todas las estadísticas lo dan como uno de los sitios más populares de Internet.
La clave de todo está en Zeitgeist, palabra alemana que viene de Zeit que significa tiempo y Geist que se traduce como espíritu.
Zeitgeist es un complicado y sofisticado software creado por los fundadores de Google, que busca tendencias a partir de lo que las personas indagan mediante su sitio web.
Ejemplo de empresa eficiente en la era digital, Google es de uso completamente gratuito, al menos hasta ahora.
Los creadores del portal olfateador han ido poco a poco aumentando sus prestaciones. Primero fueron mecanismos más sencillos, como Froogle, para promocionar las ventas on-line. Después vinieron otros servicios como GoogleNews, para plasmar las noticias más leídas en todo el mundo. Y al final atraparon al resto con Gmail, un correo gratuito con un gigabyte de capacidad.
Todo esto lo han sazonado con buscadores específicos de mapas, videos, canciones e incluso cafeterías y lugares donde comer.
Son indagaciones que pueden hacerse desde una computadora de escritorio, una portátil, un PDA (asistente personal digital) o un teléfono celular.
PIENSA, NO PIENSA
Increíblemente, la idea de Google ha encontrado muchísimo interés en los inquilinos de la Casa Blanca. Conciencia Informativa Total, el proyecto de rastreo de Internet en busca de sospechosos de terrorismo, lo ve como algo ideal.
Los sabuesos del Departamento de Seguridad Nacional ya no solo se contentan con leer los correos electrónicos, atesorar un historial de las páginas web que visita, e incluso cambiar sus datos registrados en bancos u hospitales si con ello consiguen hacerle imposible la vida al supuesto sospechoso.
No se asuste con esto último. No hay que fruncir el seño mucho por la falta de ética. Los clic son cada vez más poder, poder en manos de quienes pretenden gobernar a la humanidad, ahora con la ayuda de un teclado.
Cambiar quién es usted es una estrategia de guerra tan buena como cualquier otra para los que persiguen el terrorismo. Se trata de una profunda revolución en la estrategia y táctica a la hora de hacer la guerra contra cualquier enemigo.
Y no es ciencia ficción. Algunos detalles curiosos indican que ya es un hecho real.
Estados Unidos, con la anuencia de buena parte de sus aliados, ha comenzado a estructurar toda una inmensa red informática de registro de datos sobre potenciales enemigos.
Kroger, la cadena de supermercados más grande de Estados Unidos, ya ofrece a algunos clientes la oportunidad de pagar sus compras con el dedo, pues utilizando la huella digital, el usuario puede registrarse, dejar sus datos, y solo estampar su índice en un equipo adosado a la caja contadora a la hora de abonar su compra.
Varios aeropuertos del mundo analizan la posibilidad de instalar en sus terminales computadoras capaces de reconocer a los sospechosos. Y varios países, durante el 2003, comenzaron a aplicar sin mucho ruido fotografías digitales especiales en los pasaportes, estampas donde el papel lleva una marca invisible con los datos personales de quien aparece en la imagen.
ACELERACIÓN FATAL
Los creadores de Google saben qué está buscando la gente a cada minuto. ¿Casualidad? Nada de eso, todo está hecho ex profeso.
Como reveló el periodista José Cervera, el megabuscador ahora quiere no sólo saber qué buscan la gente, sino que la gente busque a través de él.
Para eso está desarrollando un proyecto conocido como Google Accelerator, que podría significativamente la topología de Internet.
La idea es que la búsqueda de un enlace, que normalmente es el envió de un pedido de información a un ordenador remoto, en vez de recorrer incontables kilómetros de cables, pase directamente por Google y este la sirva la información.
Con el Accelerator, en vez del enlace viajar en microsegundos por la red en búsqueda del lugar donde está alojada la información, simplemente iría a Google, el cual le serviría una página previamente almacenada en sus máquinas.
Hasta aquí, todo parece bien. No hay necesidad de esperar a que baje la página, perdemos menos tiempo, ahorramos dinero de conexión y tenemos... lo que Google quiere que tengamos.
Aunque desbarataría sistemas de medidas de tráfico, el nuevo proyecto también haría menos costosos los pagos por ancho de banda del servidor, los cuales son muy grandes en aquellas páginas más solicitadas.
Además de críticas al Accelerator por ser una potencial amenaza a la privacidad, o porque podría provocar problemas de identificación en foros, destrozar servicios basados en aplicaciones web, lo peor está oculto.
Si el uso de Accelerator se hace común, cada vez más tráfico de la Red no pasará por las entrañas de Internet, sino por las máquinas de Google, asegura Cervera.
O sea, Internet sería más o menos un enorme ordenador alimentado por Google, y... ¡bingo! Google, únicamente Google, será quien decida que es lo mejor para que usted vea. Es algo similar a lo que ya anunció que hará con el servicio de GoogleNews.
Hasta ahora, este se basaba en medir las noticias con mayor impacto en un rango de 700 sitios preseleccionados de antemano. Pero todo va a cambiar dentro de muy poco.
Primera discriminación: el robot del buscador determinaba los 700 sitios de noticias más relevantes y sólo allí buscaba, dándole un agrupamiento de títulos sobre el tema utilizando palabras claves para ello.
Segunda discriminación: ahora Google anunció que ordenará las noticias y las seleccionará por la fiabilidad de los medios. O sea, priorizará unos sobre otros. ¿Cuál cree usted que serán? Evidentemente los grandes medios, los más fiables según la filosofía imperial de Google.
De hecho, el nuevo algoritmo de selección de noticias pudiera ser una estocada ante todo para los sitios alternativos, de la izquierda, muy visitados en Internet por decir lo que los grandes medios, los fiables, muchas veces callan.
Ya no solo bastará con que sepan que usted busca, dónde lo encuentra, cuántas veces y en cuánto tiempo lo lee. Ahora también decidirán con el Accelerator qué puede leer, y con GoogleNews le sugerirán de qué debe enterarse y quién debe enterarlo.
Google, el gran buscador, mete miedo. Se ha convertido en un imperio. Y como imperio, quiere decidirlo todo y por todos. Pero hay algo aún peor. Google radica en estados Unidos, el imperio económico, militar, político y cultural más poderoso que ha conocido la Humanidad.
¿Qué impide entonces que el imperio virtual se hermane con el imperio real?
Por Amaury E. del Valle
Comentario: Como ven es para estar despiertos y bien despiertos. El mundo es observado en todos sus movimientos. Así es más fácil diseñar políticas, intervenciones, ocupación de mercados....todo lo que se quiera, y muchas veces no es nada bueno.
Google es una estrella, como leí en alguna bitácora, pero cuidado, es muy
caliente.
El famoso buscador de Internet, Google, pretende seducirnos con regalías, a cambio de decidir por nosotros qué y de quién debemos saber, a cambio de vendernos el cerebro a otro imperio
Cuando usted entra a las oficinas centrales de Google, en Mountain View, California, lo más llamativo es una gran pantalla que muestra lo que está buscando la gente en Internet en ese momento. En vivo.
No se trata solo de las búsquedas en idioma inglés, sino en cientos de lenguas diferentes. Minuto a minuto, los creadores de Google tienen a mano lo que la gente indaga a través de la red.
Saben, al segundo, qué inquieta a los habitantes de este planeta conectados a esa mega autopista de la información que es la web.
Pocos buscadores en Internet, de los cuales existen cientos, han llegado a ser tan populares como Google, estructurado por dos estudiantes universitarios norteamericanos, hace menos de una década.
La idea que primó en los muchachos fue hacer una herramienta informática capaz de detectar la información almacenada en las más de ocho millones de páginas que hay ya en Internet, a partir de palabras claves introducidas por el usuario.
Al convertirse en compañía, Google apenas tenía seis miembros. Hoy, solo tiene poco más de veinte. Sin embargo, casi todas las estadísticas lo dan como uno de los sitios más populares de Internet.
La clave de todo está en Zeitgeist, palabra alemana que viene de Zeit que significa tiempo y Geist que se traduce como espíritu.
Zeitgeist es un complicado y sofisticado software creado por los fundadores de Google, que busca tendencias a partir de lo que las personas indagan mediante su sitio web.
Ejemplo de empresa eficiente en la era digital, Google es de uso completamente gratuito, al menos hasta ahora.
Los creadores del portal olfateador han ido poco a poco aumentando sus prestaciones. Primero fueron mecanismos más sencillos, como Froogle, para promocionar las ventas on-line. Después vinieron otros servicios como GoogleNews, para plasmar las noticias más leídas en todo el mundo. Y al final atraparon al resto con Gmail, un correo gratuito con un gigabyte de capacidad.
Todo esto lo han sazonado con buscadores específicos de mapas, videos, canciones e incluso cafeterías y lugares donde comer.
Son indagaciones que pueden hacerse desde una computadora de escritorio, una portátil, un PDA (asistente personal digital) o un teléfono celular.
PIENSA, NO PIENSA
Increíblemente, la idea de Google ha encontrado muchísimo interés en los inquilinos de la Casa Blanca. Conciencia Informativa Total, el proyecto de rastreo de Internet en busca de sospechosos de terrorismo, lo ve como algo ideal.
Los sabuesos del Departamento de Seguridad Nacional ya no solo se contentan con leer los correos electrónicos, atesorar un historial de las páginas web que visita, e incluso cambiar sus datos registrados en bancos u hospitales si con ello consiguen hacerle imposible la vida al supuesto sospechoso.
No se asuste con esto último. No hay que fruncir el seño mucho por la falta de ética. Los clic son cada vez más poder, poder en manos de quienes pretenden gobernar a la humanidad, ahora con la ayuda de un teclado.
Cambiar quién es usted es una estrategia de guerra tan buena como cualquier otra para los que persiguen el terrorismo. Se trata de una profunda revolución en la estrategia y táctica a la hora de hacer la guerra contra cualquier enemigo.
Y no es ciencia ficción. Algunos detalles curiosos indican que ya es un hecho real.
Estados Unidos, con la anuencia de buena parte de sus aliados, ha comenzado a estructurar toda una inmensa red informática de registro de datos sobre potenciales enemigos.
Kroger, la cadena de supermercados más grande de Estados Unidos, ya ofrece a algunos clientes la oportunidad de pagar sus compras con el dedo, pues utilizando la huella digital, el usuario puede registrarse, dejar sus datos, y solo estampar su índice en un equipo adosado a la caja contadora a la hora de abonar su compra.
Varios aeropuertos del mundo analizan la posibilidad de instalar en sus terminales computadoras capaces de reconocer a los sospechosos. Y varios países, durante el 2003, comenzaron a aplicar sin mucho ruido fotografías digitales especiales en los pasaportes, estampas donde el papel lleva una marca invisible con los datos personales de quien aparece en la imagen.
ACELERACIÓN FATAL
Los creadores de Google saben qué está buscando la gente a cada minuto. ¿Casualidad? Nada de eso, todo está hecho ex profeso.
Como reveló el periodista José Cervera, el megabuscador ahora quiere no sólo saber qué buscan la gente, sino que la gente busque a través de él.
Para eso está desarrollando un proyecto conocido como Google Accelerator, que podría significativamente la topología de Internet.
La idea es que la búsqueda de un enlace, que normalmente es el envió de un pedido de información a un ordenador remoto, en vez de recorrer incontables kilómetros de cables, pase directamente por Google y este la sirva la información.
Con el Accelerator, en vez del enlace viajar en microsegundos por la red en búsqueda del lugar donde está alojada la información, simplemente iría a Google, el cual le serviría una página previamente almacenada en sus máquinas.
Hasta aquí, todo parece bien. No hay necesidad de esperar a que baje la página, perdemos menos tiempo, ahorramos dinero de conexión y tenemos... lo que Google quiere que tengamos.
Aunque desbarataría sistemas de medidas de tráfico, el nuevo proyecto también haría menos costosos los pagos por ancho de banda del servidor, los cuales son muy grandes en aquellas páginas más solicitadas.
Además de críticas al Accelerator por ser una potencial amenaza a la privacidad, o porque podría provocar problemas de identificación en foros, destrozar servicios basados en aplicaciones web, lo peor está oculto.
Si el uso de Accelerator se hace común, cada vez más tráfico de la Red no pasará por las entrañas de Internet, sino por las máquinas de Google, asegura Cervera.
O sea, Internet sería más o menos un enorme ordenador alimentado por Google, y... ¡bingo! Google, únicamente Google, será quien decida que es lo mejor para que usted vea. Es algo similar a lo que ya anunció que hará con el servicio de GoogleNews.
Hasta ahora, este se basaba en medir las noticias con mayor impacto en un rango de 700 sitios preseleccionados de antemano. Pero todo va a cambiar dentro de muy poco.
Primera discriminación: el robot del buscador determinaba los 700 sitios de noticias más relevantes y sólo allí buscaba, dándole un agrupamiento de títulos sobre el tema utilizando palabras claves para ello.
Segunda discriminación: ahora Google anunció que ordenará las noticias y las seleccionará por la fiabilidad de los medios. O sea, priorizará unos sobre otros. ¿Cuál cree usted que serán? Evidentemente los grandes medios, los más fiables según la filosofía imperial de Google.
De hecho, el nuevo algoritmo de selección de noticias pudiera ser una estocada ante todo para los sitios alternativos, de la izquierda, muy visitados en Internet por decir lo que los grandes medios, los fiables, muchas veces callan.
Ya no solo bastará con que sepan que usted busca, dónde lo encuentra, cuántas veces y en cuánto tiempo lo lee. Ahora también decidirán con el Accelerator qué puede leer, y con GoogleNews le sugerirán de qué debe enterarse y quién debe enterarlo.
Google, el gran buscador, mete miedo. Se ha convertido en un imperio. Y como imperio, quiere decidirlo todo y por todos. Pero hay algo aún peor. Google radica en estados Unidos, el imperio económico, militar, político y cultural más poderoso que ha conocido la Humanidad.
¿Qué impide entonces que el imperio virtual se hermane con el imperio real?
Por Amaury E. del Valle
Comentario: Como ven es para estar despiertos y bien despiertos. El mundo es observado en todos sus movimientos. Así es más fácil diseñar políticas, intervenciones, ocupación de mercados....todo lo que se quiera, y muchas veces no es nada bueno.
Google es una estrella, como leí en alguna bitácora, pero cuidado, es muy
caliente.
4 comentarios
Zenia -
rosa -
zenia -
Jordi -
Asi que:
Salut!!
Jordi