HOMBRES DE LA LUZ
Hay sucesos que no pueden calificarse con palabras. Este es el caso del vocablo recuperación. Los sinónimos que
posee se quedan cortos para describir lo que realizan aquí miles de personas que como abeja limpian las calles y barrios del país, cortan los árboles derribados, clavan , arreglan, componen, reconstruyen.
Se me antoja esta isla, la nuestra, la mía, un terruño irredento enfrentando los caprichos de la naturaleza una y otra vez año tras año. Duele ver tantas escuelas con techos dañados, tantas instalaciones de salud y jóvenes clubes de computación averiados.
Las pérdidas, aún sin cuantificar, deben ser millonarias, pero no son tiempos de lamentaciones, sino de trabajar dijo un obrero eléctrico frente a la cámara de la televisión, y aseguró que laboran 24 horas en turnos rotativos para devolverle la electricidad a los que no la tienen.
Su camisa estaba pegadaa su cuerpo y por el rostro resbalaban las gotas de sudor, pero se veía seguro, útiL, sabedor que muchos esperan por ellos.
Desde esta provincia, Pinar del Río, partirán brigadas de ayuda a otros territorios, un hecho que es ya tradicional
año tras año. La familia queda atrás y ellos salen hacia donde más se les necesite. Merecen decenas de crónicas estos hombres, los hombres de la luz, como les llaman popularmente.
Hay sucesos que no pueden calificarse con palabras. Este es el caso del vocablo recuperación. Los sinónimos que
posee se quedan cortos para describir lo que realizan aquí miles de personas que como abeja limpian las calles y barrios del país, cortan los árboles derribados, clavan , arreglan, componen, reconstruyen.
Se me antoja esta isla, la nuestra, la mía, un terruño irredento enfrentando los caprichos de la naturaleza una y otra vez año tras año. Duele ver tantas escuelas con techos dañados, tantas instalaciones de salud y jóvenes clubes de computación averiados.
Las pérdidas, aún sin cuantificar, deben ser millonarias, pero no son tiempos de lamentaciones, sino de trabajar dijo un obrero eléctrico frente a la cámara de la televisión, y aseguró que laboran 24 horas en turnos rotativos para devolverle la electricidad a los que no la tienen.
Su camisa estaba pegadaa su cuerpo y por el rostro resbalaban las gotas de sudor, pero se veía seguro, útiL, sabedor que muchos esperan por ellos.
Desde esta provincia, Pinar del Río, partirán brigadas de ayuda a otros territorios, un hecho que es ya tradicional
año tras año. La familia queda atrás y ellos salen hacia donde más se les necesite. Merecen decenas de crónicas estos hombres, los hombres de la luz, como les llaman popularmente.
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