Al cosmos a toda velaLa nave Cosmos-1, la primera impulsada puramente por la luz del Sol, fue lanzada la semana pasada desde un submarino ruso, aunque pronto perdió contacto con su centro de control, lo que ha dejado defraudados a los patrocinadores del proyecto.
La sonda utiliza un sistema de ocho velas solares de 15 metros, movidas por el constante rebote de fotones o partículas de luz.
La misión, financiada por el sector privado, es una aventura internacional. Fue concebida por la Sociedad Planetaria y los Estudios de TV Cosmos, en Estados Unidos.
La nave fue construida por expertos rusos, aunque miles de personas en el mundo también donaron dinero para el proyecto, que, de tener éxito, podría inaugurar una nueva era en la exploración del espacio.
Cosmos-1 eliminaría las enormes cargas de combustible que requieren los cohetes actuales, pues solo sería necesaria una pequeña cantidad para el despegue del cohete portador.
Según Emily Lakdawalla, coordinadora de procesamiento de imágenes de la misión y miembro de la Sociedad Planetaria, la significación de la misión radica en poner a prueba el principio de la navegación solar, es decir, la técnica para impulsar una nave puramente con el poder de los fotones del Sol.
En otras palabras, como el velero es impulsado por la luz del Sol, no necesita llevar consigo una pesada carga de combustible. Nunca se quedará sin combustible, un problema que tienen hoy las naves espaciales.
Cosmos-1 tiene ocho velas de forma triangular, hechas de un material que se llama mylar, con el que tal vez estén familiarizados si han visto esos globos de color plateado. También están hechos de mylar, que es un plástico recubierto de aluminio.
El mylar que utilizamos nosotros es extremadamente fino. Al desplegarse las velas, los fotones, es decir las partículas que llevan la energía del Sol, chocan contra ellas y rebotan.
Aunque los fotones son extremadamente pequeños, cuando hay suficientes fotones golpeando una vela de gran tamaño, esta se acelera.
Emily Lakdawalla asegura que el velero debería llegar a su órbita después de ser lanzado en la cabeza de un cohete intercontinental Volna, desde un submarino nuclear ruso en el mar de Barents.
Este cohete fue originalmente desarrollado como un misil balístico, con el fin militar de transportar ojivas nucleares.
El velero es lanzado hasta una órbita alrededor de los polos, es decir, viajará cerca del polo norte, luego en torno a la Tierra hasta el polo sur, y de ahí otra vez al polo norte. Esto en una órbita circular que va alrededor de la Tierra cada cien minutos.
Aunque los patrocinadores esperaban que la acción durara alrededor de un mes, la pérdida de contacto con la nave los ha decepcionado, y ahora se hacen ingentes esfuerzos para reanudar la misión
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