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zeniaregalado

CREENCIAS

Del contacto entre las religiones africanas y el catolicismo,
surgió una deidad novísima, consecuencia de las identidades
entre las deidades africanas y los santos del panteón católico,
a la que se le dio el nombre de el santo;
así como la nueva forma de adoración nacida en este proceso,
se le dio el nombre de santería.

En Cuba se agruparon distintas creencias africanas y se transformaron a partir de un contexto distinto al de su origen. Se conformó así un fenómeno cultural propio, afrocubano, que ha de reconocerse como la expresión de un sistema de cultos con características locales -en lo que a Cuba se refiere-, y cuyo elemento esencial responde a la adoración de el santo o la original deidad nacida en el sincretismo.

De esta manera el santo ya no es sólo el oricha de los cultos africanos pero tampoco corresponde simplemente al santoral católico. Forma parte de un nuevo panteón determinado por la amalgama que se dio en las distintas localidades donde esta original perspectiva mágico-religiosa se manifiesta. A los ojos de los españoles y de aquéllos influidos por la mentalidad occidental, parece “un culto politeísta que presenta en su panteón un conglomerado de deidades llamadas orishas, eminentemente terrenales, de ahí su raigambre tan popular”[3]. Por ello, de entrada hay que considerar que se trata de una práctica con identidad propia, distinta de otras formas sincréticas de la Isla. Esta identidad y desarrollo tan peculiares hace posible afirmar que

Es en la santería con marcada influencia yoruba, es decir, en la religión lucumí, donde se puede observar con mayor comprensión la nueva forma de religión surgida de la amalgama.


El fenómeno religioso se denomina por sus participantes como Regla de Ocha, religión lucumí o religión yoruba. Hay que reconocer la discusión que existe respecto a la propiedad de denominar santería al nuevo producto cultural, así denominado generalmente desde quienes son ajenos a dicha práctica.

Para algunos el término no sirve para identificar este tipo de creencias y prácticas. Éstos aducen que los investigadores de la temática esclavista y en particular de la cultura de los esclavos en Cuba han demostrado que tras la adoración de una figura del santoral católico impuesto por el colonizador español, los esclavos se reunían para celebrar fiestas al estilo o usanza de su país, y para la adoración y prácticas religiosas relacionadas con el culto de los antepasados, cosificados en fetiches, donde el elemento mítico mágico desempeña un papel importante con la esperanza de que los espíritus protegieran sus desdichadas vidas.

Si se mantiene el término de santería sólo se hace con el fin de referirse al aspecto externo del fenómeno.

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