MILAGROSMuchos de nuestros amigos, familiares o conocidos han colaborado alguna vez en su vida en alguna nación de este continente, y también en otros. Es una actitud que aquí se ve como algo tradicional.
Pero un comentario en nuestra página acerca de este tema hecho por nuestro amigo canario Tenesor nos motivó a colocar en el blog fragmentos de un trabajo escrito por Salim Lamrani, del sitio Rebelión. Cosas como estas se silencian todos los días en los grandes medios:
Salim Lamrani
Rebelión
Gracias a las relaciones entre Cuba y Venezuela en ocasiones se logran milagros, y numerosas personas pueden certificarlo. Desde junio de 2004, 20 000 ciudadanos venezolanos que habían perdido la vista, desde varias décadas para algunos, a causa de cataratas y otras enfermedades oculares, pudieron volver a ver la luz del día gracias a los prodigios de la Revolución cubana y a su incomparable sistema de salud.
Evidentemente, la prensa internacional silenció las hazañas médicas realizadas por los especialistas cubanos, por estar demasiado atareada en el tema ahora ideológico de las violaciones de derechos humanos.
Los enfermos venezolanos, que no habían podido tener acceso a la asistencia médica en su país durante años, se han convertido en una prioridad para el gobierno del señor Hugo Chávez que decidió prestar una atención particular a los desheredados. Pudieron ser operados gatuitamente en Cuba, en virtud de la política humanitaria e internacionalista vigente desde 1959.
Cuba ha previsto extender este servicio al resto de las naciones de América Latina donde cerca de 4 millones de indigentes sufren de enfermedades oculares. Para fines del año 2005, cerca de 100 000 latinoamericanos afectados disfrutarán de la experiencia de los 600 oftalmólogos cirujanos que tiene la Isla del Caribe. Ningún otro país del mundo ha lanzado un programa humanitario de tal importancia para atenuar las desgracias que asolan al hemisferio americano.
Allende los 100 000 enfermos extranjeros curados cada año en Cuba, el gobierno de La Habana acoge actualmente a más de 76 000 estudiantes procedentes de países pobres, les ofrece una formación universitaria gratuita de alto nivel y asume todos los gastos. Cerca de 6 000 nuevos estudiantes extranjeros serán acogidos el próximo año. La Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana es una de las más famosas del continente americano y ha formado decenas de miles de profesionales de la salud de más de 123 países del mundo.
Durante un encuentro en La Habana sobre la lucha contra el sida en marzo de 2005, las Naciones Unidas y la Universidad de Harvard tuvieron palabras elogiosas para con el sistema de salud cubano.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló mediante su representante en Cuba, la señora Lea Guido, que la Isla es un modelo para los países en vía de desarrollo en cuanto al cuidado de las madres y de los niños. La tasa de mortalidad infantil alcanzó la cifra record de 5,8 por cada mil nacidos vivos en 2004 en Cuba (sólo Canadá dispone de una tasa de mortalidad infantil inferior a la de Cuba en el continente americano).
El doctor David R. Buckley, inspector de la OMS también admitió haber quedado sorprendido agradablemente por el alto nivel científico y tecnológico de la industria farmacéutica cubana. Según él, la preparación de los profesionales nacionales y el respeto de las normas de regulación en vigor para los productos farmacéuticos constituyen dos campos de excelencia. Expertos procedentes de España, Italia, Suecia, República Checa, Australia, Argentina, México y Uruguay, fueron a La Habana para estudiar el método cubano.
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Renato -