¿Enfermedad erótica?
El escritor Daniel Chavarría, con sus 14 novelas a cuesta, no ha dejado de ser el uruguayo-cubano, ¿o cubano-uruguayo?, desenfado y jovial que daba clases en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana a finales de los 70 y principios de los 80.
Por entonces subía y bajaba las escaleras con destreza a pesar de estar cerca de los 50 y llevar libras de más. Exhibía una barba gris a lo Kenny Rogers que le daba un toque exótico y atraía curiosidad, mucho más cuando se escuchaba su acento.
Ya andaba con la fama de Joy, su primera novela escrita en 1978 cuando tenía 45 años. Así es que llegó tardíamente a la literatura, pero se ha desquitado muy bien.
Su visita para presentar en la librería Ateneo, de la ciudad de Pinar del Río, sus nuevas novelas Una pica en Flandes y Viudas de sangre se convirtió en un importante hecho cultural para esta provincia. De aquel momento ocurrido hace meses rescatamos estas notas, que de seguro le agradarán mucho a nuestro amigo Tenesor.
Mi novela Viudas de sangre dijo Cavaría al auditorio- es bastante experimental, responde a una génesis que no tiene precedentes en la historia. Soy un gran admirador de la literatura oral, sobre todo de gente campesina..
No hay espectáculo que yo disfrute más que un cuento bien echado por un campesino, quizás estoy marcado por mi infancia, que transcurrió en el Uruguay.
Y en ese punto de su anécdota este políglota, traductor y profesor de Latín, Griego y Literaturas clásicas, con una bastísima cultura, dio una deliciosa clase de historia latinoamericana .
Chavarría describió, sin ruborizarse, a su nación:
Uruguay es un país inventado por los ingleses para diferenciarlo de lo que era: las provincias unidas del río de La Plata . Lo crearon como un estado tapón para internacionalizar las aguas del río La Plata y poder hacer su comercio hasta el Paraguay.
Eso nos quitó de encima el centralismo de la oligarquía bonaerense. Yo soy a la vez un ciudadano uruguayo que es lo mismo decir un ciudadano argentino para mí.
LOS GAUCHOS
Cuando resumió las cosas que unen a uruguayos y argentinos quizás, sin proponérselo, cumplía aquella máxima martiana: La historia de América, de los Incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia.
Hablamos el mismo idioma, - continuó el autor de Joy- tomamos mate, bailamos tango, tenemos gauchos, el mismo panorama pampeano que tanto ha difundido la literatura argentina.
Me crié con mucha pasión por el fenómeno de los gauchos. Tuve la suerte de conocer muchos de ellos, auténticos, que fueron compañeros de lucha de mi abuelo, un combatiente en unas guerras civiles de principios de siglo en mi país.
Esos gauchos vivieron toda la vida merodeando los alrededores de propiedades que eran de mi familia. Yo les oía sus historias, y hasta hoy no conozco nada que me produzca tanto regocijo, ni tanto interés, como una historia bien contada por alguien que haya sido protagonista de ella.
PRÍAPOS
Su última novela, Príapos, surgió a partir de un cuento titulado así, y pretende mostrar una cosa que a mí me ha llamado la atención , y es la convivencia de una ética revolucionaria, científica, con las leyes no escritas del barrio, de la marginalidad, del lumpen, es curioso eso.
La historia se centra en el caso de un médico cubano recién graduado que va a pasar su servicio social a la Sierra Cristal, y se encuentra con un altísimo índice de priapismo, una enfermedad muy rara y que provoca erección de horas o días, y que puede terminar en trombosis o gangrena y necesidad de intervención quirúrgica.
Se llena con la ilusión de cubrirse de gloria descubriendo los principios farmacológicos de quizás un viagra cubano, y eso da un inicio muy divertido.
Y el auditorio ríe imaginándose ya el libro.
Afirmó que no hay que avergonzarse por escribir aventuras, pues ellas dieron lugar a la más grande narrativa de la humanidad.
Aventuras recordó- son La Ilíada, La Odisea, casi todos los mitos griegos que dan pie para el teatro de los tres grandes trágicos atenienses.
El escritor Daniel Chavarría, con sus 14 novelas a cuesta, no ha dejado de ser el uruguayo-cubano, ¿o cubano-uruguayo?, desenfado y jovial que daba clases en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana a finales de los 70 y principios de los 80.
Por entonces subía y bajaba las escaleras con destreza a pesar de estar cerca de los 50 y llevar libras de más. Exhibía una barba gris a lo Kenny Rogers que le daba un toque exótico y atraía curiosidad, mucho más cuando se escuchaba su acento.
Ya andaba con la fama de Joy, su primera novela escrita en 1978 cuando tenía 45 años. Así es que llegó tardíamente a la literatura, pero se ha desquitado muy bien.
Su visita para presentar en la librería Ateneo, de la ciudad de Pinar del Río, sus nuevas novelas Una pica en Flandes y Viudas de sangre se convirtió en un importante hecho cultural para esta provincia. De aquel momento ocurrido hace meses rescatamos estas notas, que de seguro le agradarán mucho a nuestro amigo Tenesor.
Mi novela Viudas de sangre dijo Cavaría al auditorio- es bastante experimental, responde a una génesis que no tiene precedentes en la historia. Soy un gran admirador de la literatura oral, sobre todo de gente campesina..
No hay espectáculo que yo disfrute más que un cuento bien echado por un campesino, quizás estoy marcado por mi infancia, que transcurrió en el Uruguay.
Y en ese punto de su anécdota este políglota, traductor y profesor de Latín, Griego y Literaturas clásicas, con una bastísima cultura, dio una deliciosa clase de historia latinoamericana .
Chavarría describió, sin ruborizarse, a su nación:
Uruguay es un país inventado por los ingleses para diferenciarlo de lo que era: las provincias unidas del río de La Plata . Lo crearon como un estado tapón para internacionalizar las aguas del río La Plata y poder hacer su comercio hasta el Paraguay.
Eso nos quitó de encima el centralismo de la oligarquía bonaerense. Yo soy a la vez un ciudadano uruguayo que es lo mismo decir un ciudadano argentino para mí.
LOS GAUCHOS
Cuando resumió las cosas que unen a uruguayos y argentinos quizás, sin proponérselo, cumplía aquella máxima martiana: La historia de América, de los Incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia.
Hablamos el mismo idioma, - continuó el autor de Joy- tomamos mate, bailamos tango, tenemos gauchos, el mismo panorama pampeano que tanto ha difundido la literatura argentina.
Me crié con mucha pasión por el fenómeno de los gauchos. Tuve la suerte de conocer muchos de ellos, auténticos, que fueron compañeros de lucha de mi abuelo, un combatiente en unas guerras civiles de principios de siglo en mi país.
Esos gauchos vivieron toda la vida merodeando los alrededores de propiedades que eran de mi familia. Yo les oía sus historias, y hasta hoy no conozco nada que me produzca tanto regocijo, ni tanto interés, como una historia bien contada por alguien que haya sido protagonista de ella.
PRÍAPOS
Su última novela, Príapos, surgió a partir de un cuento titulado así, y pretende mostrar una cosa que a mí me ha llamado la atención , y es la convivencia de una ética revolucionaria, científica, con las leyes no escritas del barrio, de la marginalidad, del lumpen, es curioso eso.
La historia se centra en el caso de un médico cubano recién graduado que va a pasar su servicio social a la Sierra Cristal, y se encuentra con un altísimo índice de priapismo, una enfermedad muy rara y que provoca erección de horas o días, y que puede terminar en trombosis o gangrena y necesidad de intervención quirúrgica.
Se llena con la ilusión de cubrirse de gloria descubriendo los principios farmacológicos de quizás un viagra cubano, y eso da un inicio muy divertido.
Y el auditorio ríe imaginándose ya el libro.
Afirmó que no hay que avergonzarse por escribir aventuras, pues ellas dieron lugar a la más grande narrativa de la humanidad.
Aventuras recordó- son La Ilíada, La Odisea, casi todos los mitos griegos que dan pie para el teatro de los tres grandes trágicos atenienses.
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