CUMPLE 138 años la Ciudad de Pinar del Río
Mi ciudad de provincia no es bella, pero es la mía, aunque tiene sus encantos, como un cerro llamado de Cabras que se divisa desde lo más alto de la calle José Martí, su parque de la Independencia, con su glorieta, sus casas de tejas rojas y sus amplísimos portales para huir del sofocante sol.
El pintor Pedro Pablo Oliva, quien ha expuesto obras en EE.UU, Francia, Inglaterra y otras naciones, ha declarado que no piensa irse jamás de Pinar del Río, porque su tranquilidad provinciana le permite inspirarse.
Muchos pintores de relieve nacidos aquí tienen fama nacional, imagino que en ello tenga que ver el hermoso paisaje de esta provincia, inspirador de poetas y otros artistas.
Mi colega Ronal Suárez escribió un artículo sobre el aniversario que celebramos:
***********
Fuegos artificiales, peleas de gallos, carreras de sortija y palo encebado, tómbolas, bailes durante varios días por órdenes del gobernador, quien incluso liberó algunos presos en honor a la gracia de su majestad. Pinar del Río festejó en grande la decisión de la Corona Española de concederle el título de ciudad.
Cuentan los historiadores que después de rechazar dos veces la solicitud del ayuntamiento, la Reina Isabel II y el Ministerio de Ultramar finalmente accedieron a considerar una ciudad a la capital de Vueltabajo, el 10 de septiembre de 1867.
Hacia 1800, Pinar era apenas una aldea de alrededor de 20 casas de embarrado y guano, sin un
ordenamiento racional. A mediados del siglo XIX, sin embargo, gracias al auge de la producción agrícola, principalmente el tabaco, y la estabilidad de la población asociada a la apertura de vegas, la región alcanzaba altos índices demográficos y económicos.
Su fisonomía, se afirma, ya era distinta y constituía el mayor centro político administrativo, social y cultural al oeste de La Habana.
Con una arquitectura mayormente ecléctica, debido a su tardío desarrollo, en Pinar del Río abundan ejemplos coloniales y neoclásicos. También pueden hallarse elementos de art nouveau, art déco, islámico, barroco.
En la década del 40 del pasado siglo, el Comité Todo por Pinar del Río, una agrupación cívica, llevó a cabo importantes acciones de urbanización e higienización bajo el lema Dejemos de ser la Cenicienta. Pero, no fue hasta después de 1959 que transformaciones radicales validaron aquí el título que la reina de España negara dos veces.
En esta ciudad, la Guayabita del Pinar fue registrada como marca de una bebida exclusiva, Pedro Junco compuso su inmortal Nosotros, los batazos de Omar Linares estremecieron al estadio Capitán San Luis e hicieron vibrar a miles de aficionados al béisbol, y los cuadros de Pedro Pablo Oliva cobran fama mundial.
Desde sus talleres, artistas plásticos de probado prestigio pretenden perpetuar al óleo los encantos del paisaje de occidente, la escritora Nersys Felipe trasciende el ámbito provinciano y los rockeros de Tendencia apuestan por la diversidad en la música.
En sus centros de educación, Carlos Acosta, aún niño, reveló el talento del excelente bailarín que es hoy, y el pintor Arturo Montoto y el escritor Abel Prieto iniciaron su formación intelectual.
Gertrudis Gómez de Avellaneda, Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras, residieron aquí en alguna etapa de sus vidas.
A 130 años de otorgársele el título de Ciudad, Pinar es identificada nacionalmente por cosechar el mejor tabaco del mundo y por los chistes de humoristas mediocres, aunque a veces respaldados por la realidad, como esa funeraria junto a la cual ensaya un grupo musical.
Pinar del Río, sin embargo, se precia de ser el lugar de Cuba donde se han formado casi todos los ingenieros forestales con que cuenta el país, y del prestigio de sus cuatro universidades. También de los éxitos de sus deportistas, de la calidad de sus artistas y del coraje de sus hijos, como aquellos que el 30 de noviembre de 1956 se alzaron sin armas para distraer a las fuerzas de la tiranía y facilitar el desembarco de los expedicionarios del Granma.
Hoy, las principales energías de los pinareños se concentran en intentar rescatar del deterioro al casco histórico de su ciudad, en potenciar la actividad científica y en recuperarse de los daños de los huracanes que año tras año los frecuentan.
Mi ciudad de provincia no es bella, pero es la mía, aunque tiene sus encantos, como un cerro llamado de Cabras que se divisa desde lo más alto de la calle José Martí, su parque de la Independencia, con su glorieta, sus casas de tejas rojas y sus amplísimos portales para huir del sofocante sol.
El pintor Pedro Pablo Oliva, quien ha expuesto obras en EE.UU, Francia, Inglaterra y otras naciones, ha declarado que no piensa irse jamás de Pinar del Río, porque su tranquilidad provinciana le permite inspirarse.
Muchos pintores de relieve nacidos aquí tienen fama nacional, imagino que en ello tenga que ver el hermoso paisaje de esta provincia, inspirador de poetas y otros artistas.
Mi colega Ronal Suárez escribió un artículo sobre el aniversario que celebramos:
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Fuegos artificiales, peleas de gallos, carreras de sortija y palo encebado, tómbolas, bailes durante varios días por órdenes del gobernador, quien incluso liberó algunos presos en honor a la gracia de su majestad. Pinar del Río festejó en grande la decisión de la Corona Española de concederle el título de ciudad.
Cuentan los historiadores que después de rechazar dos veces la solicitud del ayuntamiento, la Reina Isabel II y el Ministerio de Ultramar finalmente accedieron a considerar una ciudad a la capital de Vueltabajo, el 10 de septiembre de 1867.
Hacia 1800, Pinar era apenas una aldea de alrededor de 20 casas de embarrado y guano, sin un
ordenamiento racional. A mediados del siglo XIX, sin embargo, gracias al auge de la producción agrícola, principalmente el tabaco, y la estabilidad de la población asociada a la apertura de vegas, la región alcanzaba altos índices demográficos y económicos.
Su fisonomía, se afirma, ya era distinta y constituía el mayor centro político administrativo, social y cultural al oeste de La Habana.
Con una arquitectura mayormente ecléctica, debido a su tardío desarrollo, en Pinar del Río abundan ejemplos coloniales y neoclásicos. También pueden hallarse elementos de art nouveau, art déco, islámico, barroco.
En la década del 40 del pasado siglo, el Comité Todo por Pinar del Río, una agrupación cívica, llevó a cabo importantes acciones de urbanización e higienización bajo el lema Dejemos de ser la Cenicienta. Pero, no fue hasta después de 1959 que transformaciones radicales validaron aquí el título que la reina de España negara dos veces.
En esta ciudad, la Guayabita del Pinar fue registrada como marca de una bebida exclusiva, Pedro Junco compuso su inmortal Nosotros, los batazos de Omar Linares estremecieron al estadio Capitán San Luis e hicieron vibrar a miles de aficionados al béisbol, y los cuadros de Pedro Pablo Oliva cobran fama mundial.
Desde sus talleres, artistas plásticos de probado prestigio pretenden perpetuar al óleo los encantos del paisaje de occidente, la escritora Nersys Felipe trasciende el ámbito provinciano y los rockeros de Tendencia apuestan por la diversidad en la música.
En sus centros de educación, Carlos Acosta, aún niño, reveló el talento del excelente bailarín que es hoy, y el pintor Arturo Montoto y el escritor Abel Prieto iniciaron su formación intelectual.
Gertrudis Gómez de Avellaneda, Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras, residieron aquí en alguna etapa de sus vidas.
A 130 años de otorgársele el título de Ciudad, Pinar es identificada nacionalmente por cosechar el mejor tabaco del mundo y por los chistes de humoristas mediocres, aunque a veces respaldados por la realidad, como esa funeraria junto a la cual ensaya un grupo musical.
Pinar del Río, sin embargo, se precia de ser el lugar de Cuba donde se han formado casi todos los ingenieros forestales con que cuenta el país, y del prestigio de sus cuatro universidades. También de los éxitos de sus deportistas, de la calidad de sus artistas y del coraje de sus hijos, como aquellos que el 30 de noviembre de 1956 se alzaron sin armas para distraer a las fuerzas de la tiranía y facilitar el desembarco de los expedicionarios del Granma.
Hoy, las principales energías de los pinareños se concentran en intentar rescatar del deterioro al casco histórico de su ciudad, en potenciar la actividad científica y en recuperarse de los daños de los huracanes que año tras año los frecuentan.
10 comentarios
zENIA -
CRIS. ES UN PLACER TU VISITA. ESA FRASE DE LO MÁXIMO ES BIEN CUBANA POR CIERTO. GRACIAS POR LOS ELOGIOS A MI TERRUÑO. UN ABRAZO
Cris -
Saludos
Duarte Manzalvos -
Zenia -
¡BIENVENIDO MARCOS¡ ME ACORDÉ MUCHO DE TODOS LOS CHILENOS ESTE 11 DE SEPTIEMBRE, POR LA MUERTE DE ALLENDE Y EL BOMBARDEO A LA MONEDA.
hola blanca. ¡Se amplía el círculo de amigos¡. ¡Qué bueno que has estado en mi isla, nuestra isla¡.
ALMENA. TÚ COMO SIEMPRE, TAN OPORTUNA. Las fundaciones siempre traen alegría.
Cariñosa Elisa: Muchas gracias, esta ciudad es bien guapa y batalladora.
ENRIQUE¡ QUE BUENOOOOOO. TÚ DE VUELTA¡. SE TE EXTRAÑA MUCHÍSIMO.
LOS QUIERO A TODOS ASÍ DE GRANDE. ME HACE FELIZ TENERLOS ENTRE MIS AMIGOS.
Enrique -
elisa -
saludinies para tí!!
almena -
He leído en un blog un post que pienso que será de tu interés. Te dejo aquí la dirección...
http://a-mi-manera.blogspot.com/2005/09/el-amigo-fidel.html
Y también te dejo un abrazo
blanca -
Marcos Solís -
Álvaro -
Estuve una vez allá y me gustó mucho. En 1988