Como si los años no pasaran
Leer periódicos viejos ayuda a darnos cuenta que los temas parecen ser los de siempre y que el mundo avanza poco en su solución. Ayer leyendo el periódico impreso guatemalteco Siglo XXI , un ejemplar de 2 003 encontré los mismísimos tópicos de siempre pobres periodistas-.
Los chicos que mata el escuadrón, un enorme anuncio de un auto Yaris Sedán: El embajador de Estados Unidos se refirió a los derechos humanos en Guatemala: Lucha antinarcótico en Guatemala; Recortarán fondos de educación y comunicciones: Falta de medicinas en la emergencia del hoispital San Juan de Dios; Bus avanza en guerra contra Iraq. ¡Y todos esos titulares eran en el 2003¡.
Y parece como si el mundo arrastrara sus pies cansados, claro el tercer mundo Hay otro mundo bello, diferente: el de los hoteles de lujo, el de los autos del último modelo, el de las muchachas todas rubias y americanizadas que salen en las revistas- no importa si son latinas-
Nada, que se cumple la frase de Galeano: El mundo está patas arriba, y muchos no quieren darse cuenta.
Leer periódicos viejos ayuda a darnos cuenta que los temas parecen ser los de siempre y que el mundo avanza poco en su solución. Ayer leyendo el periódico impreso guatemalteco Siglo XXI , un ejemplar de 2 003 encontré los mismísimos tópicos de siempre pobres periodistas-.
Los chicos que mata el escuadrón, un enorme anuncio de un auto Yaris Sedán: El embajador de Estados Unidos se refirió a los derechos humanos en Guatemala: Lucha antinarcótico en Guatemala; Recortarán fondos de educación y comunicciones: Falta de medicinas en la emergencia del hoispital San Juan de Dios; Bus avanza en guerra contra Iraq. ¡Y todos esos titulares eran en el 2003¡.
Y parece como si el mundo arrastrara sus pies cansados, claro el tercer mundo Hay otro mundo bello, diferente: el de los hoteles de lujo, el de los autos del último modelo, el de las muchachas todas rubias y americanizadas que salen en las revistas- no importa si son latinas-
Nada, que se cumple la frase de Galeano: El mundo está patas arriba, y muchos no quieren darse cuenta.
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